Abril es un mes que invita a salir de las casas y tomar la ciudad, aliarse con los símbolos que hacen de Sevilla una urbe eterna y pecar de cuantas tentaciones nos proponga. La más cercana, la Feria de Abril, que se anuncia para el día 16 de este mes y está previsto que se extienda hasta el 21, que será domingo y los cuerpos andarán cansados y las resacas se antojarán pesadas.
Durante esos seis días Sevilla celebrará su Feria, que ya pregonaron viajeros románticos y pintores costumbristas en libros y cuadros que hoy atesoran bibliotecas y museos. Si la Semana Santa en Sevilla es la gran celebración del barroco, la Feria de Abril es la pasarela de las apariencias, de los engalanados coches de caballos, los recién estrenados trajes de flamenca, las chacinas y el vino fino. Sobre el albero del real de la feria hace semanas que los operarios instalaron cientos de casetas, de bombillas y farolillos que subrayan un año más que Sevilla es el epicentro de la diversión, el baile y el cante, el reencuentro con la familia y los amigos y una contagiosa alegría que se prolonga hasta bien entrada la madrugada.
Portada de Feria
La Portada de la Feria, que es el símbolo más visible de la celebración hispalense, este año vuelve a ser obra de Manuel Jesús Jiménez Varo y Miguel Ángel Pérez Cabo. Está inspirada en la plaza de España de Sevilla, conmemora el 75 aniversario de la Fundación ONCE y hace un guiño a la Hermandad del Rocío de Triana, que cumple su segundo centenario este año.La plaza de España de Sevilla ya inspiró las portadas de la feria los años 1969, 1971 y 1983.
Un momento mágico será cuando se proceda al alumbrao y se enciendan las veinte mil bombillas que iluminan la gran puerta de entrada al real. Será el pistoletazo de salida a una semana de animación y fiesta, en la que a pesar de que buena parte de las casetas son privadas –como casas particulares donde los vecinos invitan a sus más allegados– nadie es un extraño y aumentan cada edición las casetas donde la entrada es libre.
Las mañanas y las tardes
La Feria de Abril comienza a mediodía y cierra de madrugada. Es costumbre entre los sevillanos pasear por el barrio de los Remedios antes de entrar en el real, de cruzar con parsimonia los puentes que unen la ciudad y Triana y buscar en los bares, tabernas y tascas de sus calles y avenidas el primer calor del día.Sevilla es ciudad a la que piropear. Lo saben bien los caminantes que recorren el paseo de Colón, otean el río Guadalquivir que parece un mar quieto y llegan hasta la Torre del Oro, recordando los tiempos en que la urbe fue capital hispanomusulmana.
Habrá toros en la Maestranza y los museos abrirán sus puertas para mostrar a quien lo desee los secretos que esconde el barroco que aquí tuvo su principal escuela. Serán días en los que recorrer las callejas antiguas de los barrios viejos, de otear lo que esconden los patios frescos de las grandes casas y sentarse a la sombra de la Giralda antes de pasar por Puerta de Jerez y San Telmo camino de la feria.
Fuente: Ocho Leguas
Fotos: Ayuntamiento de Sevilla
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