Una grandiosa puesta de sol, y un ambiente único y especial, sea la hora que sea, dejan en el visitante un recuerdo inmejorable del Mirador más conocido de Granada. Si vistas la Alhambra con nuestra visita guiada por la mañana, y tienes tiempo libre para conocer la ciudad de Granada por la tarde, esta es una de las paradas en tu camino, sin lugar a dudas.
Hay varias formas de acceder al Mirador de San Nicolás, subiendo o casi "escalando" las angostas callejuelas del barrio del Albaicín, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, o bien en transporte público, en taxi o en microbús urbano, en la línes 30 ó 32.
El mirador en sí es una pequeña plazuela empedrada, a la que da su nombre la ermita de San Nicolás. Desde el murete de protección que lo delimita, se puede apreciar una espectacular panorámica de la Alhambra con Sierra Nevada al fondo, con una ciudad y una Vega de Granada, completamente rendida a sus pies.
La estrella de las vistas, la incomparable Alhambra, reina sobre el paisaje , escoltada por los mágicos jardines del Generalife, cuya exuberancia en primavera y su colorido en otoño, los convierten en un deleite para los sentidos, prácticamente en cualquier época del año.
Justo detrás del mirador, se ha levantado la nueva Mezquita Mayor de Granada, la única en estos momentos en suelo granadino.
Bajo el mirador, se tiende el Albaicín, con el río Darro atravesando el valle, y, a la izquierda, las primeras casas del Sacromonte.
Siguiendo el perfil ocre y rojizo de las murallas, al visitante se le dibuja la silueta de las torres de la Cautiva, el Peinador de la Reina o de Comares.
Una imagen, sin duda, única grabada en la retina de todos quienes la contemplan.
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