Cuando se contemplan su casas, literalmente incrustadas en a montaña, el visitante se da cuanta que la arquitectura urbana es una autentica pesadilla, un prodigio o incuso, una temeridad. " Un literal sobresalto geológico", en palabras del premio Cervantes andaluz, de un origen cuando menos confuso.
"Trogloditas o pájaros", los techos de las casas-cuevas setenileñas recuerdan a la prehistoria, aunque el asentamiento más antiguo del que se tienen pruebas es la cercana colonia romana de Laccipo. Sin embargo, en el mismo lugar donde se ubica el pueblo no hay vestigios hasta llegar a la Edad Media. musulmanes y cristianos lucharon por dominar este enclave, fundamental durante la Reconquista en su avance hacia Granada.
De hecho, los reyes Católicos debieron sitiarlo hasta siete veces antes de conseguir hacerse con la plaza. De ahí el nombre de la ciudad, Septem nihil, "Siete nada".
El principal atractivo turístico del pueblo es el propio municipio, de bellísimas calles encaladas, con un origilan entraamdo urbano. La elevada pendiente que baja desde el castillo hasta el río, deja a su paso un reguero de blancas casas adosadas a la roca, literalmente incrustadas en la montaña.Se trata de un escepcional ejemplo de un tipo de vivienda denominado "abrigo bajo rocas" que, a diferencia de otras contrucciones semitroglodíticas desarrolladas en Andalucía, no excava la roca, sino que se limita a cerrar la pared rocosa y desarrolla la vivienda de forma longitudinal.Más información en Turismo Setenil
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