martes, 6 de agosto de 2013

El parque de los Alcornocales, paraíso natural

Entre las provincias de Cádiz, Málaga se extiende el Parque Natural de los Alcornocales, el mayor alcornocal de la península y uno de los más importantes del mundo. Términos municipales de 16 localidades, como MedinaSidonia, Jerez de la Frontera, Alcalá de los Gazules o Tarifa acogen un excepcional bosque de carácter mediterráneo que alcanzó la denominación de Parque Natural en 1989, gracias al aprovechamiento racional del recurso del corcho que se saca de su corteza, explotado desde tiempos inmemoriales.

Desde hace siglos, el procedimiento de extracción del corcho del alcornoque se realiza bajo el mismo procedimiento. Durante el periodo de máxima actividad vegetativa se realiza del descorche, esperando que el árbol se regenere lo más rápido posible. Cuadrillas de obreros especializados, que viven en el monte durante la “pela”, apilan las “panas”, trasladadas con mulos, burros o caballos, para después pesarlas y clasificarlas. 

Junto al corcho, la región trabaja el Parque con recursos como la cría de cerdo en montanera, cabras, vacas y ganadería brava.


El atractivo natural de este parque no finaliza aquí, ya que acoge unos bosques galerías excepcionales, capaces de transportarnos a regiones subtropicales ausentes en la actualidad del continente europeo, al estar formados por especies típicas de estos ambientes que han encontrado en este lugar un refugio adecuado para desarrollarse. Se localizan en los denominados "canutos", valles profundos y estrechos excavados por los ríos.

Además de alcornoques, en este frondoso bosque se pueden encontrar acebuches, quejigos, robles melojos, así como densos matorrales, lentiscos, jaras, brezos, cantuesos, torviscos y majuelos, entre otros especies mediterráneas, resultado de la degradación del bosque originario.

Además de su rica flora, este ecosistema cuenta con una diversa fauna, destacando una gran riqueza en rapaces, donde se pueden encontrar hasta 18 especies: buitre leonado, alimoche, azores, búho real, gavilanes, diversas águilas, como la culebrera, perdicera, calzada, imperial o el águila real, así como el halcón peregrino y cernícalos.

También hay aves más pequeñas, todo un paraíso para los ornitólogos, que pueden encontrar chochines, petirrojos, mitos, herrerillos, ruiseñores, golondrina, abejarrucos, o vencejos. Entre las aves que vivien en los canutos podemos encontrar al mirlo acuático, el avión zapador o el martín pescador, entre otros.

El Parque es una zona de migración, en la que se encuentran cientos de miles de aves europeas en su paso hacia las cálidas tierras africanas.

Entre los animales de mayor talla se pueden encontrar venados y corzos, o depredadores como zorros, ciervos, jabalíes, ginetas, tejones, nutrias, turones, comadrejas, gatos monteses y la mayor colonia peninsular de meloncillos.


Los canutos suponen auténticos bosques subtropicales, hoy día desaparecidos del continente europeo salvo en Turquía y España. En estos valles excavados por los cauces fluviales sobreviven especies vegetales del periodo terciario.
La presencia humana en el Parque data de épocas remotas, como señalan las pinturas encontradas en las lajas de las serranías. Más tarde los colonizadores mediterráneos, fenicios y griegos, desembarcaron en estas costas estableciendo contactos comerciales con los indígenas. Los romanos transformaron los bosques y fundaron ciudades como Oboa (Jimena de la Frontera) y Lascuta (Alcalá de los Gazules). Ya en la Edad Moderna los bosques fueron preservados por los musulmanes que realizaron trabajos de conservación.

Información: Ayuntamiento de Medina Sidonia 

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